A mi querido sobrino, aunque tu tiempo aquí fue corto, tu impacto en nuestras vidas fue profundo y duradero. Desde el momento en que naciste, trajiste una inmensa alegría y un sinfín de sonrisas a nuestra familia. Tu risa, tu curiosidad y tu espíritu aventurero siempre serán recordados con amor y cariño. Aunque es difícil decir adiós, me consuela saber que tu alma ahora descansa en paz. Te extrañaremos eternamente y te llevaremos siempre en nuestros corazones. Descansa en paz, sobrino amado.