Mamá querida, en esta noche silenciosa y estrellada, las palabras brotan de mi corazón como susurros al viento, llevando consigo todo el amor que siento por ti. Cada línea que trazo es un eco de los momentos felices que compartimos, de las risas compartidas y de los abrazos reconfortantes. Pero también es un eco de la tristeza que siento al no tenerte a mi lado, al no poder escuchar tu voz ni sentir tu cálido abrazo. Esta carta es mi manera de decirte adiós, de liberar todas las emociones que guardo en lo más profundo de mi ser. Aunque ya no estés físicamente conmigo, sé que tu amor sigue vivo en mi corazón y en cada lágrima que derramo en tu memoria. Te extraño más de lo que las palabras pueden expresar. Con amor eterno, [Tu Nombre]