Cada santo es una misión; es un proyecto del Padre para reflejar y encarnar, en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio.
«La santidad no es sino la caridad plenamente vivida» (Benedicto XVI).
Cada santo es una misión; es un proyecto del Padre para reflejar y encarnar, en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio.
«La santidad no es sino la caridad plenamente vivida» (Benedicto XVI).