No inventar pecados.

A San Felipe Neri le preguntó una mujer bastante vanidosa: 

– Padre Felipe, ¿es pecado ir con tacones demasiado altos?. 

– ¡ Tened cuidado con los resbalones! – respondió el santo. 

Otro sacerdote, quizás no tan santo, pero muy inteligente y mordaz, se cruza con dos chicas en la calle. Con la ilusión de tomarle el pelo al cura, se acercan y dice una: 

– Padre, mi amiga y yo íbamos discutiendo si es o no es pecado pintarse. ¿Usted qué dice?. 

– La moral no dice que sea pecado – respondió el cura – Ahora bien, yo les daría un consejo práctico: las guapas no necesitan pintarse; las feas deben pintarse. 

¿Y ustedes?…

Píntense tranquilamente.


No se trata de inventar pecados: es pecado lo que es pecado. Lo que nos interesa es saber qué cosas son pecado y cuales no. 

Creer bueno lo que es malo es aceptar gato por liebre. 

Y eso es malo. 

Lo que yo crea no modifica la bondad o maldad de lo que hago. 

Modifica y determina mi responsabilidad. 

Pero si hago algo malo creyendo que es bueno, me perjudico necesariamente. 

El que toma cianuro creyendo que es azúcar, no será responsable de su muerte, pero no hay quien le resucite.