En esta ocasión alguien preguntó a Galileo Galilei: ¿Cuántos años tiene su señoría? Ocho o diez repuso Galileo en evidente contradicción con su barba blanca. Y luego explicó: tengo, en efecto, los años que me quedan de vida; los vividos no los tengo, como no se tienen las monedas que se han gastado.