Vagos como nosotros solos.

Una manifestación de personas sin trabajo. Doscientos mil, por ejemplo.

– Queremos trabajo, queremos trabajar – gritaban. – es nuestro derecho: una oportunidad.

Pasa un limousine con cristales tintados. Provoca exclamaciones de asombro y placer entre los manifestantes. Baja un cristal lentamente y un hombre con traje, recorre con un dedo adornado con un anillo de diamantes, apuntando a los manifestantes; de pronto se para en uno de ellos y dice:

– tú eres el elegido. Ven te voy a dar trabajo.

Conmoción. Carreras y murmullitos. La gente se aparta y «el elegido» baja su pancarta lentamente hasta que toca el suelo, mientras se da cuenta de que se ha quedado solo. Mira al público y luego al hombre del anillo; visiblemente contrariado exclama:

– ¿Yo? ¿Por qué tengo que ser yo? ¿No hay doscientosmil aquí?

Continúa con otro chiste también al respecto (mejor, gracias a Dios).

No me apetece trabajar: Me voy a coger la baja… (en sentido español, por favor)

Están un inglés, un alemán y un español en una cafetería tomando unas cañas juntos.

De repente el inglés les dice a los otros:

-«Oye, ese de ahí enfrente es igualito que Jesucristo.»

– «Bah,dicen los otros, que va.»

-«Que sí, que sí. Pero si es igualito. La barba, la túnica…Ese de ahí es Jesucristo seguro!!»

– «Que no hombre que no» insisten los otros dos.

En esto que el inglés se levanta y va hacia el hombre de la mesa de enfrente y le pregunta:

– «Oye,tu eres Jesucristo,verdad?»

Y dice el hombre cabizbajo:

-«¿Yo? Yo que voy a ser Jesucristo. Pués claro que no.»

Y el inglés insiste:

-«Que sí tío que tú eres Jesucristo».

Y el otro:

-«!Que no lo soy pero habla más bajo hombre!»

– «Que si que yo se que tu eres Jesucristo».

Y tanto le insiste que ya el hombre le susurra al inglés:

– «Mira, efectivamente soy Jesucristo, pero por favor habla bajito y no se lo digas a nadie porque me vas a formar un escándalo en la cafetería impresionante como los demás se enteren.»

Y el inglés loco de alegría le dice:

– «Tengo una lesión en la rodilla que me produje de pequeño haciendo deporte. Por favor, cúrame».

Y Jesucristo le dice:

– «No mira, milagros no. Que luego vas y se lo cuentas a tus amigos y me tiro toda la tarde haciendo milagros».

– «Por favor, por favor. Cúrame. Venga cúrame. Por favor»

Y Jesus:

-«Que no»

Y el inglés le insiste tanto que finalmente Jesucristo le pone la mano sobre la rodilla y le cura.

Y dice el inglés:

– «!Muchas gracias! Te estaré siempre agradecido. Gracias de verdad»

Y Jesus le dice:

-«Bueno, vale vale. No grites y vete. Pero eso si no se lo cuentes a nadie.»

Y el ingles se va a su mesa y, claro, se lo cuenta todo al alemán y al español. Y el alemán se levanta corriendo y va hasta la mesa de Jesucristo y le dice:

– «Oye que me ha dicho mi amigo que tú eres Jesucristo»

Y dice el:

– «Déjame en paz, no grites y vete que yo no soy Jesucristo»

Y le insiste tanto que al final lo reconoce y le dice:

– «Mira, pues sí soy Jesucristo pero cállate y no grites porque la gente de la cafetería ya se está empezando a mosquear y me voy a tener que marchar de aquí».

Y el alemán le dice:

– «Tengo un ojo de cristal. Por favor cúrame»

Y Jesucristo, ya un poco enfadado, le dice:

– «Mira más milagros no porque tu compañero te lo ha contado a ti y tu se lo vas a contar a todo el mundo»

Y dice el alemán:

– «Que no de verdad, que no se lo contaré a nadie.»

Y le insiste tanto que finalmente Jesucristo le pone la mano en el ojo y se lo cura.

– «Gracias, muchas gracias de verdad» y el alemán se va a su mesa y se lo cuenta a sus amigos.

Entonces Jesucristo empieza a pensar que en breves instantes aparecerá por allí el español queriendo, como todos, que le cure esta o aquella cosa.

Pero el tiempo pasa y el español no viene, y no viene, y no viene. Entonces Jesucristo ya mosqueado y por qué no decirlo, un poco picado por la curiosidad se levanta y se va hacia la mesa donde están los tres y poniéndole la mano en el hombro al español le pregunta:

– «Oye, ¿tú por qué no…»

Y entonces el español salta de la silla y apartándose violentamente le dice:

– «!Eeeeh tú! !!! Sin tocar que estoy de baja!!!