Hablar de la muerte es un tabú en Europa mediterránea. Se procura por todos los medios evitar conocer detalles, y encontrarse cara a cara con ella. Por eso conviene tener alguna manera de referirse a ella desdramatizando… Ofrecemos algunos ejemplos.

Creemos que son los otros los que se morirán

Cómo hacer que la gente deje de molestarte con: ¿Cuándo te vas a casar? Mis tías solían acercarse a mí en las bodas, dándome golpecitos en las costillas y diciendo: Eres el siguiente… Dejaron de hacerlo cuando yo empecé a hacer lo mismo, en los funerales.

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ENFADOS MATRIMONIALES

Una señora llama a un periódico donde se dan todas las noticias, en este caso, era una noticia fúnebre: Por favor, ¿me podría decir usted si es tan amable, dónde anuncian a los que mueren? Pues sí, en la sección de esquelas. ¡Ahí mismo! Dígame. Mire usted: La defunción de un señor; apunte por favor. ¿Me da su nombre? Ricardo García. ¿Edad? 45 años. ¡Perdone señora! ¿Qué parentesco tiene con usted? Es mi marido. ¡Vaya, lo siento, señora! Eh, por favor, ¿me da la hora de la defunción? Mañana a las 8:00 horas, ¡Cuando aparezca el desgraciado este!

LAS MASAS ATRAEN LAS MASAS

Pasa un entierro con miles de personas, un señor pregunta: Oiga, ¿Sabe usted quién es el muerto? Y el otro le contesta: No estoy seguro, pero me parece que es el que va dentro de la caja.

NO SOMOS NADA

Entra un borrachito al velatorio de un señor, se dirige al ataúd, observa al difunto y comienza a llorar con mucho sentimiento y a decir: No somos nada, hip, no somos nada. Y así siguió llorando y diciendo esta frase, cuando se le acercó una de las personas que también se encontraba en el velorio y le preguntó: ¿Tanto quería a su amigo señor, que le duele mucho su muerte? El borrachito se vuelve y le contesta muy enojado: Que acaso no está oyendo que no somos nada, ni familia, ni amigos y ni siquiera conocidos.

CÓMO DAR LA NOTICIA DE UNA DEFUNCIÓN

Un empleado al saber la noticia de que su patrón había muerto en un accidente en el trabajo, pregunta a sus compañeros quién le daría la triste noticia a su esposa. Al preguntarles, les indica que tienen que ser cuidadosos y sensibles al comunicar la mala nueva. Pepo, quien era graduado de psicología, se ofreció y rápidamente procedió a llamar a la esposa de su patrón: Ring, ring, ring… ¿Bueno? Hola, ¿se encuentra la señora Martínez? Sí, ella le habla. ¡Usted acaba de ganarse 2 millones de dólares! ¡Cómo! ¿Pero cómo así? Al convertirse hoy en viuda, la compañía de seguros de su difunto marido, acaba de recibir la autorización para emitir el pago. ¡No! ¡Dios mío! ¡Sí señora! ¡Ni yo mismo lo creo!

ÚLTIMAS PALABRAS

Estaba un señor en un funeral, al lado del señor estaba la viuda y el señor le dice: Pensar que las últimas palabras me las dijo a mí y la viuda pregunta: ¿Cuáles fueron? El señor le dice: No muevas la escalera.