NACIÓN ESPAÑOLA EN LA ACTUALIDAD (breve reflexión)

CULTURA

La cultura genuinamente española invade el mundo: su lengua, su literatura, el arte, la arquitectura, la música española. 400 millones de personas hablan español y grandes naciones como Estados Unidos o Brasil lo eligen como primera lengua escolar. En todo el mundo se lee y conoce la obra cumbre de la literatura nacional: “El Quijote” de Cervantes. Picasso, Dalí o Miró son los últimos grandes exponentes de la pintura española. Hoy todo el mundo conoce a los arquitectos españoles Moneo o Calatrava….etc. Todo eso forma la cultura española, una única cultura español.

Los intelectuales han sido, sin duda, los grandes patrocinadores de la idea de España. Desde los ilustrados hasta la generación del 98 (Unamuno, Machado, Azorín…) a la del Catorce (Ortega, Pérez de Ayala, Azaña…) son intelectuales comprometidos con la idea de España. Dos ejemplos: 

El primero del vasco Miguel de Unamuno: “¡Pues sí, soy español! Español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y hasta de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo, y el españolismo es mi religión, y el cielo en que quiero creer es una España celestial y eterna, y mi Dios, un Dios español, el de Nuestro Señor Don Quijote, un Dios que piensa en español y en español dijo:<<Sea la luz>>, y su verbo fue verbo español… (Niebla, Miguel de Unamuno, 1914)

El segundo del madrileño Ortega y Gasset mucho más cerebral, menos apasionado que Unamuno, definió como nadie a España: “España es un proyecto sugestivo de vida en común” (España Invertebrada , José Ortega y Gasset, 1921)

Y como Unamuno y Ortega, líderes indiscutibles de la generación del 98 y del 14, respectivamente, todos sus compañeros de generación, por encima de la ideología o credo de cada uno de ellos.

Actualmente, son continuadores de la idea de España intelectuales tan poco sospechosos como Savater, Juan Pablo Fussi o Gustavo Bueno; intelectuales vascos como Jon Juaristi o catalanes como Arcadi Espada o Francésc Carrera.  

Y no solamente los intelectuales españoles. Hay hispanistas dispersos por todo el mundo: intelectuales extranjeros que reconocen a España como una realidad histórica, política y cultural.

Conclusión: España no es una invención de los políticos de turno o de las tonadilleras andaluzas; es una realidad asentada en la intelectualidad, en las cabezas pensantes más importantes.