Esta obra es un homenaje a todas las personas que luchan contra el sufrimiento ajeno y, especialmente, a aquellas que están lejos de sus hogares y viviendo en condiciones muy duras en su empeño de ayudar a los demás. También reivindica, en un pequeño ensayo final, la figura y la obra de Albert Schweitzer, Premio Nobel de la Paz de 1952. Hoy en día, la idea central de su filosofía, la reverencia a la vida, es más necesaria que nunca.