Pingüino es una oda a la naturaleza y la belleza de los pingüinos a través de las fotografías exquisitas y las historias personales únicas del magnífico fotógrafo y naturalista Frans Lanting. Con una recopilación excepcional de instantáneas tomadas en las tres expediciones que realizó a los reinos de hielo de los pingüinos, Lanting revela tanto la increíble historia natural como el encanto irresistible del ave más humana que existe. El fotógrafo viajó primero a las lenguas de tierra aisladas de las islas Falkland para documentar la vida de los "pingüinos pequeños", es decir, de penacho amarillo, de Magallanes y Papúa. A continuación se embarcó en una singular circunnavegación en yate que lo llevó a la isla de Georgia del Sur, donde acampó entre colonias de pingüinos y fotografió la frenética actividad estival de las aves tras los rigores del invierno, el momento en que crían y vuelven a encontrar alimento. Por último, voló a los límites de la Antártida y plantó su tienda en medio del mar helado, donde estuvo un mes documentando la heroica vida del pingüino emperador, que sobrevive en condiciones extremas. Más de 110 fotografías ilustran este retrato entrañable de unas aves de las que creemos saberlo todo pero que a través de la mirada de Frans Lanting cobran una nueva dimensión que no dejará a nadie indiferente. En palabras del fotógrafo: "Este libro es una interpretación personal de los pingüinos con los que conviví, no una historia natural de estas aves. Mi intención ha sido transmitir lo que son y cómo es su azarosa vida, y mi mayor deseo es que mi trabajo se vea como un homenaje a todos y cada uno de ellos".
El fin del mundo, en incómodos plazos Una hoja de ruta para un futuro que ya hemos empezado a vivir «No somos vagabundos: somos nómadas.» Es la expresión de la última brizna de dignidad que le queda a un universitario tras años de desempleo, sin techo y sin blanca, que deambula con muchos otros en el límite de la subsistencia. Como él, millones de desahuciados vagan por caminos y carreteras, desesperados por aferrarse a los ecos de un esplendor que ya no existe, mientras el sueño del capitalismo emite sus últimos estertores. Apocalipsis suave corta la respiración no solo por la verosimilitud con la que describe (¿predice?) el colapso del capitalismo, sino por la escalofriante lucidez con la que, en paralelo, recrea la descomposición de la personalidad de sus víctimas: la renuncia progresiva a valores que creíamos absolutos y la pugna por mantener viva una llama que siga dándole sentido a la vida. «Vas a leer una novela acerca de lo lento y progresivo que puede ser el final de tu especie. Y te va a gustar.» Emilio Bueso
En 1861 estalló en Estados Unidos la Guerra de Secesión, que enfrentó a los estados del Sur, confederados, y los del Norte, unionistas. Tres años después, en 1864, tras quemar Atlanta, el general unionista Sherman inició su marcha hacia el mar. Un ejército de 60.000 soldados, seguidos por miles de esclavos negros liberados, atravesaron el estado de Georgia hasta las Carolinas. Junto a ellos, las damas sureñas que escapaban de las plantaciones con sus objetos valiosos, sus sirvientes y sus labores de punto, los prisioneros, los advenedizos: todo un mundo flotante que se deslizaba arrasando con todo a su paso.
Pingüino es una oda a la naturaleza y la belleza de los pingüinos a través de las fotografías exquisitas y las historias personales únicas del magnífico fotógrafo y naturalista Frans Lanting. Con una recopilación excepcional de instantáneas tomadas en las tres expediciones que realizó a los reinos de hielo de los pingüinos, Lanting revela tanto la increíble historia natural como el encanto irresistible del ave más humana que existe. El fotógrafo viajó primero a las lenguas de tierra aisladas de las islas Falkland para documentar la vida de los "pingüinos pequeños", es decir, de penacho amarillo, de Magallanes y Papúa. A continuación se embarcó en una singular circunnavegación en yate que lo llevó a la isla de Georgia del Sur, donde acampó entre colonias de pingüinos y fotografió la frenética actividad estival de las aves tras los rigores del invierno, el momento en que crían y vuelven a encontrar alimento. Por último, voló a los límites de la Antártida y plantó su tienda en medio del mar helado, donde estuvo un mes documentando la heroica vida del pingüino emperador, que sobrevive en condiciones extremas. Más de 110 fotografías ilustran este retrato entrañable de unas aves de las que creemos saberlo todo pero que a través de la mirada de Frans Lanting cobran una nueva dimensión que no dejará a nadie indiferente. En palabras del fotógrafo: "Este libro es una interpretación personal de los pingüinos con los que conviví, no una historia natural de estas aves. Mi intención ha sido transmitir lo que son y cómo es su azarosa vida, y mi mayor deseo es que mi trabajo se vea como un homenaje a todos y cada uno de ellos".
El fin del mundo, en incómodos plazos Una hoja de ruta para un futuro que ya hemos empezado a vivir «No somos vagabundos: somos nómadas.» Es la expresión de la última brizna de dignidad que le queda a un universitario tras años de desempleo, sin techo y sin blanca, que deambula con muchos otros en el límite de la subsistencia. Como él, millones de desahuciados vagan por caminos y carreteras, desesperados por aferrarse a los ecos de un esplendor que ya no existe, mientras el sueño del capitalismo emite sus últimos estertores. Apocalipsis suave corta la respiración no solo por la verosimilitud con la que describe (¿predice?) el colapso del capitalismo, sino por la escalofriante lucidez con la que, en paralelo, recrea la descomposición de la personalidad de sus víctimas: la renuncia progresiva a valores que creíamos absolutos y la pugna por mantener viva una llama que siga dándole sentido a la vida. «Vas a leer una novela acerca de lo lento y progresivo que puede ser el final de tu especie. Y te va a gustar.» Emilio Bueso
En 1861 estalló en Estados Unidos la Guerra de Secesión, que enfrentó a los estados del Sur, confederados, y los del Norte, unionistas. Tres años después, en 1864, tras quemar Atlanta, el general unionista Sherman inició su marcha hacia el mar. Un ejército de 60.000 soldados, seguidos por miles de esclavos negros liberados, atravesaron el estado de Georgia hasta las Carolinas. Junto a ellos, las damas sureñas que escapaban de las plantaciones con sus objetos valiosos, sus sirvientes y sus labores de punto, los prisioneros, los advenedizos: todo un mundo flotante que se deslizaba arrasando con todo a su paso.