«Toledo ha sido desde siglos atrás el centro del saber mágico. El monte toledano es recorrido por una intrincada red de pasadizos subterráneos y bóvedas. En estas entrañas laboraban y oraban templarios, masones y alquimistas. En estos subterráneos, casi tan antiguos como el mundo, se desarrollaba la actividad de las diferentes logias que se fueron formando. Cuando fueron expulsadas de la luz, siguieron laborando en las tinieblas.»