El 11 de agosto de 1936, un grupo de milicianos fue fusilado y enterrado junto al caserío Pikoketa (Guipúzcoa). Hasta 1976, con la llegada de la democracia, no fue posible desenterrar el recuerdo de aquellos jóvenes. Miguel Usabiaga lleva años indagando en lo sucedido y en este libro reconstruye la investigación que ha llevado a cabo. A través de narraciones, documentos y fotografías de la época logra contagiar y hacer partícipe al lector de sus hallazgos.