"Krug dio un respingo al oír la palabra Dirlewanger. Pese a que la brigada fuese Gekados, Krug y sus compinches sabían muy bien lo que quería decir. Era una brigada disciplinaria SS que tenía por única misión aniquilar por todos los medios a los partisanos que había en los grandes bosques alrededor de Minsk. Su jefe, el SS Brigadenführer Dirlewanger, era un antiguo presidiario que a causa de su brutal cinismo y de sus tendencias sádicas había obtenido el mando de aquella unidad. Su crueldad era tan grande que incluso Himmler y Heydrich habían exigido que se le sometiera a un Consejo de Guerra y se le condenara a muerte. La violación de las prisioneras polacas era el menor de los cargos que pesaban contra él. Pero aquel sádico asesino estaba bajo la protección del SS Obergruppenfürer Berger, quien, el 22 de Noviembre de 1941, había empleado más de una hora en convencer a Heydrich y Himmler de que era necesario tolerar al Brigadenführer Dirlewanger. Estos argumentos impresionan sobre todo a Heide, quien tenía las mismas teorías que Berger. Había que combatir el terror mediante el terror. Hasta su muerte, Heydrich siguió convencido de que la victoria pertenecería al que mejor utilizara la violencia".