Dice Aristóteles en la Retórica que todos nos hemos visto en la situación de tener que examinar, apoyar, defender o atacar una afirmación y que, en general, lo hacemos de forma espontánea. Hoy, como entonces, constantemente tenemos que persuadir a los otros de la validez de nuestras opiniones o juzgar si nos convence lo que nos dicen. Y lo hacemos de forma espontánea, a falta de lo que Aristóteles denominaba «práctica». La gramática de la argumentación se ocupa de este problema atendiendo a las teorías contemporáneas así como a las de los clásicos. Vincenzo Lo Cascio propone una tipología de los textos argumentativos, examina las estrategias y los tipos de argumentos más comunes y describe los mecanismos de la argumentación falaz. Presenta, además, una novedad: una teoría específica lingüística de la argumentación que es válida tanto para el discurso político y el científico, como para el jurídico y el publicitario.