El gran escritor ruso escribió este cuento para que lo leyeran los hijos de los campesinos de su tierra. Inspirado en relatos folklóricos, muestra toda la admiración que Tolstói sentía por el saber de los pueblos y la cultura del trabajo. El joven campesino Iván, pese a ser considerado el tonto de la familia, logra todos los objetivos que se propone gracias a su tenacidad y esfuerzo.