En su vivo retrato de James Joyce, Edna O’Brien evita el discurso académico elitista y todo componente superficial y se detiene ante la complejidad de un genio en continua lucha por su fidelidad a la verdad artística y al virtuosismo estilístico. El viaje recorre la vida de Joyce, desde su educación católica unida a la admiración absoluta por su madre y sus enfrentamientos con su padre, hasta el joven Joyce arrogante, su ruptura con la Iglesia, su altivo cortejo de Nora Barnacle, la agitada sexualidad de la pareja, sus hijos, los viajes, las deudas y el despilfarro y, finalmente, sus días de soledad. Durante todos estos años una única obsesión marcó su obra: la ciudad de Dublín, la cual reconstruyó a través de sus palabras. Edna O’Brian nos habla del talento de Joyce, pero también de su rabia cuando entendió que el mundo le daba la espalda; entonces, el escritor se preguntó si podría haber sido de otro modo para un hombre que sabía que el conflicto es la fuente de toda creación. Para aquellos familiarizados con la figura y obra de Joyce, la biografía de O’Brien aportará una visión nueva y a menudo provocadora, y para los neófitos supondrá una auténtica revelación. «Mientras paseaba por la playa de Sandymount, Joyce iba acumulando imágenes parta su obra: huevas, algas, la marea acercándose, esqueletos de barcos oxidados, recolectores de berberechos con sus bolsas empapadas...» Edna O’Brien