John Reed nos narra en su segundo gran libro, tras el inolvidable México insurgente, su estancia en el frente oriental desde abril a octubre de 1914, durante el transcurso de la Primera Guerra mundial. Sin que su posicionamiento personal contra la contienda dejara lugar a duda, Reed y su compañero Robinson, recorrieron Salónica, Constantinopla, Serbia, Rumanía y Rusia descubriendo en cada uno de los pueblos la respuesta instintiva de resistencia y supervivencia de los habitantes que viven entre la angustia y la incertidumbre ante la invasión y la guerra.