A lo largo de los últimos años, a partir de la segunda guerra mundial, los perfiles de la derecha y de la izquierda como inequívocas actitudes políticas se han ido difuminando más y más. Las ideologías tradicionales se desdibujan y en su lugar surgen determinados problemas y cuestiones históricas que sirven para separar el pensamiento renovador y emancipatorio del retrógrado y reaccionario. El antimilitarismo es una de esas piedras de toque políticas y morales que distinguen a quienes aún guardan algún ímpetu utópico de aquellos que sólo conservan el apego a los más esclavizadores intereses. Suele darse por supuesto que el antimilitarismo tiene a su favor solamente razones religiosas o éticas, pero no políticas; en una palabra, que pertenece al reino de las buenas intenciones pero no al de las actitudes conscientemente revolucionarias. En este libro se exponen abundantes razones en contra de este prejuicio, así como también se habla del papel de los ejércitos, los límites de la neutralidad, formas alternativas de defensa, etc. Completan esta obra otros varios ensayos sobre ética, sobre temas tan necesitados de reflexión como la dignidad humana, los derechos del hombre, la pena de muerte, el aborto, el papel de la política en una sociedad democrática... Se trata de superar la habitual predicación ética para convertir la actitud moral en razonamiento crítico.