Esta versión sigue fielmente la edición original. En realidad, más que un discurso, es uno más de los muchos libros de Azorín, una obrita que cabe encuadrar dentro de la serie de ensayos o conjuntos de viñetas de evocación histórica, paisajística y vital impregnadas de la meditación sobre el tiempo que tan característica es de su autor. A través de una serie de estampas que nos trasladan a los tiempos de Felipe II asistimos a una ensoñación cordial de la España pretérita y eterna.