Los niños son los catequistas (o descatequistas, depende)

Se llamaba Adrián pero en casa le llamaban Adi. De origen rumano, estudiaba tercero de primaria. Vino con Álex, su hermano mayor, a jugar a fútbol pero se quedó fuera: los niños de doce años eran demasiado bestias para él.

Me hallaba fuera del campo, tomando fotos.
– Me llamo Adi, me dijo. Saco buenas notas.
– ¿Has tomado ya la Primera Comunión?
– No, no quiero.
– ¿Por qué no quieres?
Sigue la anécdota que me pasó a mí…

– Por que no me gusta, me respondió.
– Y ¿qué es la Comunión? le pregunté intrigado..
– Pues una fiesta en la que te visten especial, te dan regalos..

Se ve que era un niño tímido. Me impresionó qué cerca estaba del hecho que hay un buen número de pequeños que no ven más allá de los regalos; también la falta de percepción social de lo que realmente es la Comunión. No pude frenarme: tenía que explicarle, a su altura lo que era la Comunión, ya que, aunque me había contado lo que él sabía, no tenía una explicación «autorizada» o con conocimiento de causa. Y los niños tienen derecho a saber lo que son las cosas, no ser alimentados con mentiras…

Cómo cambió su cara cuando le expliqué que los regalos no eran la Comunión, sino el «Regalazo» de recibir a Jesús.
Y, ahora que ya te has enterado de que es la Comunión… ¿quieres recibirla?
Y respondió sin dudar…
– ¡¡¡Pues claro!!!