«Cuando yo no podía estar sobrio él me dijo que no perdiera la esperanza y me animó a encontrar mi fe.

No tenía que ser la suya ni la de alguien más, mientras la raíz sea el perdón.

No podía conseguir trabajo y me dio el papel protagónico en una película que en realidad estaba pensada para él. Y me dio un techo donde vivir y puso comida en mi mesa.

Lo más importante fue que me dijo que asumiera la responsabilidad por mis malas acciones y que me haga cargo de esa parte fea de mi alma.

Él lo llama «Abrazar el cactus». Dijo que si yo abrazaba el cactus el tiempo suficiente me convertiría en una persona con algo de humildad y que mi vida tomaría un nuevo significado.

Lo hice y funcionó. Todo lo que me pidió a cambio fue que algún día yo ayude al siguiente…».

Robert Downey Jr dirigió estas palabras a Mel Gibson.