Los que llegan al Polo Sur, a principios del siglo XX, en un barco, se encuentran apresados por grandes bloques de hielo. En un momento, deben abandonar el barco y seguir andando. El capitán Shakleton indica que cojan sólo lo verdaderamente imprescindible y que amontonen el resto del equipaje en la bodega. Cuando revisa lo que han dejado, ve que uno de los marineros ha abandonado el laúd que llevaba. El capitán se lo hace ver y éste le dice que no les servirá de nada. “Al contrario, responde Shakleton, nos hará falta mucha alegría para superar las adversidades”.

El capitán Shakleton