Según el Nuevo Testamento:

Mt 10:1-4

1 Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar a los espíritus impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias.

2 Estos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado también Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo; 

3 Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el que cobraba impuestos para Roma; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo;

4 Simón el cananeo, y Judas Iscariote, el que traicionó a Jesús.

1 Tim 3:1-12

1 Si alguno anhela ser obispo, desea una buena obra. 

Pero es necesario que el obispo sea irreprensible y que tenga una sola esposa; que sea sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; 

no afecto al vino, ni pendenciero, ni codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; 

que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción y con toda honestidad 

(pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?); 

no debe ser un neófito, no sea que se envanezca y caiga en la condenación del diablo. 

También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en los lazos del diablo.

De igual manera, los diáconos deben ser honestos y sin doblez, no demasiado afectos al vino ni codiciosos de ganancias deshonestas; 

y deben guardar el misterio de la fe con limpia conciencia. 

10 Además, éstos primero deben ser puestos a prueba y, si son irreprensibles, entonces podrán ejercer el diaconado. 

11 Las mujeres, por su parte, deben ser honestas, y no calumniadoras, sino sobrias y fieles en todo. 

12 Los diáconos deben tener una sola esposa, y gobernar bien sus hijos y sus casas,

Tito 1:6

el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía.