Te extraño, querida hermana. Cada día, tu ausencia se siente como un eco silencioso, recordándome la belleza de tu presencia. Extraño tu risa, tus abrazos reconfortantes y la conexión única que compartíamos. Aunque el tiempo avance, tu recuerdo permanece fresco en mi corazón, y la añoranza de no tenerte a mi lado nunca disminuye. Sigues siendo una parte irremplazable de mi vida, y en cada paso que doy, siento tu falta. Te extraño profundamente, hermana, y guardo con cariño los recuerdos de los momentos que compartimos.