Querido hermano,

Aunque han pasado años desde que te fuiste, el dolor de tu ausencia sigue vivo en nuestros corazones. Hoy, me siento compelido a escribirte esta carta triste para expresar lo que a menudo guardamos en lo más profundo de nosotros.

La vida ha continuado su curso, pero no hay un solo día en el que no pensemos en ti. A veces, nos encontramos riendo por alguna anécdota tuya, pero otras veces, las lágrimas brotan de manera inevitable al recordar lo mucho que te extrañamos.

A lo largo de los años, hemos aprendido a vivir con la pérdida, pero eso no significa que la aceptemos por completo. Tu ausencia deja un vacío que ninguna otra cosa puede llenar. Aún recordamos tu risa contagiosa, tus consejos sabios y la luz que irradiabas en nuestras vidas.

Aunque ya no estés físicamente a nuestro lado, tu memoria sigue viva en cada rincón de nuestra existencia. A veces, nos preguntamos cómo sería la vida si estuvieras aquí, compartiendo momentos y creando recuerdos junto a nosotros.

Te extrañamos, hermano, y siempre lo haremos. La tristeza persiste, pero también lo hace el amor que sentimos por ti. Años después de tu partida, seguimos recordándote con cariño y aprecio.

Con amor eterno,
[Tu Nombre]