Querida mamá,

Hoy me siento a escribirte, con un corazón lleno de emociones encontradas. La tristeza de no tenerte aquí conmigo se mezcla con la necesidad de decirte tantas cosas que quedaron pendientes. Cada día, me atormenta pensar en todas las palabras que nunca pronuncié, en todos los sentimientos que guardé y en todo el amor que no expresé lo suficiente.

Lamento profundamente no haberte dicho lo importante que eras para mí. Sabías que te amaba, pero no sé si alguna vez entendiste la magnitud de ese amor. Quiero que sepas que eras y siempre serás mi roca, mi guía y mi ejemplo a seguir. Cada lección que me diste, cada consejo y cada momento compartido conmigo, son ahora mis tesoros más preciados.

Nunca te dije cuán agradecido estoy por todo lo que hiciste por mí. Las innumerables noches sin dormir, los sacrificios que hiciste para asegurarte de que yo tuviera lo mejor, y la forma en que siempre estabas ahí para apoyarme, incluso cuando no lo merecía. Tu dedicación y amor incondicional me formaron en la persona que soy hoy, y por eso te estaré eternamente agradecido.

Lamento no haberte pedido perdón por aquellos momentos en los que te hice enojar o te causé preocupación. Ahora entiendo cuánto dolor debí haberte causado en esos momentos de rebeldía y desobediencia. Si pudiera retroceder el tiempo, te abrazaría más fuerte y te diría lo mucho que lo siento por cada lágrima que derramaste por mí.

Me duele no haberte dicho más veces cuánto admiraba tu fortaleza y tu capacidad para enfrentar los desafíos de la vida con una sonrisa. Fuiste una mujer increíblemente fuerte, y tu resiliencia es algo que siempre llevaré conmigo. Nunca te lo dije, pero te admiré profundamente, y aspiro a ser la mitad de la persona que tú fuiste.

También lamento no haber compartido más de mis sueños, miedos y esperanzas contigo. Sé que siempre estuviste dispuesta a escucharme, pero muchas veces me guardé cosas por miedo o por pensar que no eran importantes. Ahora veo que cada pequeño detalle de mi vida hubiera sido significativo para ti, porque me amabas con todo tu corazón.

En este momento de reflexión, quiero que sepas que tu legado vive en mí. Intento vivir de acuerdo con los valores que me inculcaste y hacerte sentir orgullosa. Cada día me esfuerzo por ser una mejor persona, alguien de quien puedas estar orgullosa, donde sea que estés.

Aunque no pueda cambiar el pasado ni recuperar los momentos perdidos, prometo honrar tu memoria viviendo una vida llena de amor, bondad y gratitud. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar y te extraño profundamente cada día.

Con todo mi amor y arrepentimiento,

[Tu nombre]