Había una vez una tortuga llamada Tortugullín que tenía un sueño muy especial. Quería viajar por todo el mundo y ver todos los hechos importantes de la humanidad con sus propios ojos. Y así, un día, decidió emprender su gran aventura.

Durante su viaje, Tortugullín vio cosas increíbles. Presenció la construcción de la Torre de Babel, la caída del Imperio Romano, el descubrimiento de América por Cristóbal Colón y la Revolución francesa. Además, estuvo presente en la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial y en el primer alunizaje.

A medida que avanzaba en su viaje, Tortugullín comenzó a darse cuenta de lo importante que era estar allí y ver los hechos con sus propios ojos. Comenzó a comprender la historia de la humanidad de una manera mucho más profunda y a aprender sobre la importancia de la tolerancia, la justicia y la igualdad.

Finalmente, Tortugullín regresó a su hogar, más sabio y con una nueva perspectiva sobre la vida. A partir de ese día, decidió dedicar su vida a contar sus aventuras y enseñar a los demás sobre la importancia de aprender de la historia y de ser un buen ser humano.

Desde entonces, Tortugullín se convirtió en una leyenda y ha sido recordado por generaciones como la tortuga que ha estado en todos los hechos importantes de la humanidad.