La iglesia de San Vital de Rávena (it. San Vitale di Ravenna) es uno de los templos más importantes del arte bizantino y, como otros de la misma ciudad, se reformó por deseo expreso del Justiniano a partir de construcciones anteriores, con el de acelerar la de los territorios conquistados por el Imperio bizantino (en el 402, Rávena fue la capital del Imperio romano de Occidente, en tiempos del emperador Honorio, y en el 493 fue la capital del reino ostrogodo de Italia, en tiempos de ). La obra se financió con el dinero del acaudalado Juliano Argentario, de origen griego (aportando una aproximada de 26 000 besantes de oro), y fue supervisada por el de la ciudad, Maximiano, quien la consagró en el año 547. Todos estos personajes aparecen en la musivaria que se realizó entre los años 546 y 548, año de la muerte de la emperatriz Teodora. Estos mosaicos son el mejor ejemplo de las artes figurativas bizantinas y nos dan una idea de lo que ser las obras que fueron destruidas, durante la Iconoclasta de los siglos vii y viii, y con la caída de Bizancio a manos de los turcos. En San Vital se han preservado, en el primer caso, porque Rávena se posicionó en contra de los iconoclastas y, en segundo lugar, porque ya no era bizantina durante la turca. Por estas razones, las se salvaron de ambas catástrofes artísticas.

La iglesia tiene la consideración de menor desde el 7 de octubre de 1960. En 1996 la iglesia, con otros edificios paleocristianos, fue declarada Patrimonio de la por la Unesco, con el nombre de «Monumentos paleocristianos de Rávena».