Después de aterrizar en San José, la capital de Costa Rica, nos dirigimos hacia la región de Guanacaste, en la costa del Pacífico. Allí, nos alojamos en un pequeño hotel de playa rodeado de exuberante naturaleza tropical.

Cada día, salimos a explorar los alrededores, haciendo senderismo por la selva, nadando en las playas de arena blanca y viendo la vida salvaje en su hábitat natural. Avistamos monos aulladores, iguanas y aves exóticas, y también tuvimos la oportunidad de bucear con delfines y ballenas jorobadas.

Después de una semana en Guanacaste, nos trasladamos hacia la región de la Cordillera de Tilarán, donde nos alojamos en una cabaña de madera rodeada de montañas y ríos. Allí, disfrutamos de actividades como rafting, cabalgatas y senderismo en la selva, y también visitamos algunos pueblos indígenas para conocer la cultura local.

Por último, nos dirigimos hacia la región de la Osa, en la costa del Caribe, donde nos alojamos en un eco-lodge rodeado de manglares y playas vírgenes. Allí, hicimos snorkel en arrecifes de coral, exploramos el Parque Nacional Corcovado y avistamos una gran cantidad de vida marina, incluyendo tortugas marinas y peces tropicales.

En resumen, nuestro viaje a Costa Rica fue una experiencia inolvidable, llena de aventura, naturaleza y cultura. Sin duda, volveríamos a visitar este maravilloso país en el futuro.