Nació en Venecia en 1486 y siguió una carrera militar. Cayó prisionero y, cuando fue liberado, sintió la vocación de dedicarse al servicio de los pobres, enfermos o jóvenes abandonados. En 1518 fue ordenado sacerdote y diez años después les invadió la peste. Jerónimo asistió a los afectados y fundó la Orden de Clérigos Regulares para ayudar a niños y pobres. Murió en 1537 atacado por la misma peste. En 1928 lo nombraron Patrono de los Huérfanos y la Juventud Abandonada.