Ceder la derecha, cuestión de .

De las muchas que se dan en los más diversos ámbitos esta destaca por su sencillez y, a la vez, efectividad. Allá por el año mil setecientos y pico se empezaban a construir en Madrid las primeras aceras, pues anteriormente a estas obras era todo calzada.

Pero surgió el de que esta nueva era un poco estrecha para los acostumbrados a caminar y pasear con amplitud. Surgía el planteamiento, nuevo, del encontronazo.

¿Quién cedía el paso en el caso de encontrarse varias en una acera y circulando en direcciones opuestas?. ¿Cedía el de la derecha o el de la ?. Esta cuestión preocupaba tanto al Corregidor de la Villa de Madrid, el Marqués de Vadillo, que decidió hacer una consulta al Rey Carlos III, con la de publicar un bando haciendo a tal cuestión.

Hecha la consulta, el Rey le contestó lo siguiente: «Publica que debe ceder la acera el que tenga mejor educación».

Esta ingeniosa mucha . Y es a muchas que no solo tienen que ser un «encontronazo» en una acera. En muchas ocasiones nos obstinamos en hacer algo que nos corresponde o en ubicarnos en algún lugar determinado, obviando que esta puede ser un detalle que hable sobre nuestra educación.

Y a los hechos nos remitimos, conociendo todo el mundo situaciones de este tipo (y más aún, las personas que se dedican al mundo del y las relaciones ; a veces tener mucho rango social o un buen cargo, no significa tener muy buena educación).

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