VIRUTAS DE MADERA PRECIOSA:
Cuando no nos gusta aparecer como realmente somos, nos vestimos una coraza brillante, bonita, atractiva y nos presentamos ante los demás de una forma engañosa. Mostramos la cara atractiva pero falsa, de nuestra personalidad
Molokai
Pertenece esta bella isla del Pacífico al grupo de las islas de Sandwich. Su fama está ligada a una leprosería y a la figura de un santo religioso.
En el siglo pasado, fueron enviados a Molokai todos los leprosos de las islas de la zona para aislarlos. Había unos mil doscientos, que en su mayoría huyeron para evitar ser apartados de sus familias y sepultados en vida. A la hora de la partida, la despedida era desgarradora, pero ninguna esposa acompañó a Molokai a su marido, ni ningún padre acompañó a un hijo. Ni se encontró un médico dispuesto a marchar. Pero sí hubo un sacerdote, el Padre Damián, de los Sagrados Corazones. Partió el 10 de mayo de 1873. Murió de lepra unos años más tarde.
Escribía, ya enfermo, en 1887: «Sin el Santísimo Sacramento, mi situación sería intolerable; pero teniendo cerca de mí al Señor, estoy contento y no me falta el vigor para trabajar entre mis queridos leprosos».
Cosa rara, la lepra respetó sus dedos. «Esta gracia me llena de consuelo, tanto por mi bien espiritual como por el de mis compañeros de infortunio. Continúo celebrando cada día el Santo Sacrificio, y en las dos iglesias de este lugar se conserva el Santísimo Sacramento».
Murió el 15 de abril de 1889.
Cfr. C. Ortúzar, El catecismo explicado con ejemplos