Es fácil observar que el que intenta quedar bien siempre queda mal con casi todos. Hay momentos en que nos toca mandar y otros ser sombra. Siempre está la dificultad del trabajo en equipo, que requiere «hacerse a los demás». Por eso, el «negarse» a uno mismo, esto es, el ser buena sombra o buen jefe, requiere que cada cual haga caso a su conciencia.