El hecho destacable de la vida de este Santo es el matrimonio con María. Poco después de su matrimonio, José se percató de la maternidad de su esposa y no se explicaba lo ocurrido. La palabra del Ángel le aclaró lo sucedido y se dirigieron a Belén donde el Verbo Eterno apareció en este mundo. Ante la hostilidad de Herodes, la Sagrada Familia huyó a Egipto y, una vez conocida su muerte, regresaron a Nazaret. San José vivió en humildad el extraordinario privilegio de ser el padre de Jesús y, probablemente, murió antes de que comenzara la vida pública del Redentor. El culto a San José comenzó en el siglo IX y es considerado Patrono de la Iglesia Universal.