Desapareces de mi vista y vuelves a aparecer, andas tras él muy deprisa, y ves que no hay nada más que tu sombra, corres y corres en busca de consuelo. Sin aliento te paras y vuelves a descubrir que no hay absolutamente nada, nada…

Cruzas la calle sintiendo a gente que corre, las fuentes siguen donde estaban, mi casa ya no está, mi gente ya no está, el vino se agria en el almacén de Pedro el viejo y Rosa ya no sale a saludar a Mario el panadero, pero sigues andando como tren en vía, nada te hace parar, pensamientos de melancolía hacen de ti lo que eres, un cuerpo, un sentido de estar aquí, piensas y descubres gente que te ama, tu nueva familia, entonces sonríes y contemplas como tu mente te deleita con momentos inolvidables, estás cansado y paras descubriendo que lo triste se vuelve alegre, que ha salido el sol, un nuevo sol para ti.