Tu luz perdura

En este día de adiós, mi amado padre,
Tu ausencia deja un vacío que nunca se desvanece.
Recuerdo tus palabras sabias, tu amor sin fin,
En cada latido, tú vives en mí.

Padre amado, en la eternidad,
Tu recuerdo vive, en cada verdad.

Caminaste a mi lado, en cada sendero,
Tu fortaleza y coraje, mi mayor tesoro.
Aunque te fuiste, tu legado perdura,
En cada sonrisa, en cada aventura.

Hasta que nos encontremos, en la otra orilla,
Adiós, mi padre, pero no para siempre.