Fin del mundo y Nostradamus (Novísimos)

Todos hemos oído el lema de los Boyscouts: Be prepared (Siempre preparado). Después de oír tantas amenazas y ultimátums, en vez de vivir con miedo y sobresalto, sólo nos queda una cosa: vivir siempre preparados, esto en paz con nuestra conciencia (como si fuéramos a morir enseguida).

Martes, 1 de agosto de 2000. Actualización: 07.26 horas

DECEPCION

Los seguidores de Nostradamus no vieron el fin del mundo en Praga

EL MUNDO

PRAGA .- El sitio: Praga. La hora: las ocho de la tarde de ayer. En ese momento, en la plazoleta que en los años cincuenta acogía la estatua de Stalin, miles de seguidores del astrólogo francés Michel de Nostradamus quisieron asistir a un espectáculo insólito: el fin del mundo. Al final, como es evidente, se quedaron con las ganas.

Pero, aunque la actuación de las ‘fuerzas del mal’ se suspendió, nadie salió excesivamente decepcionado. Los creyentes del conocido profeta, médico y astrólogo no hicieron el viaje en balde, ya que, al continuar la Historia su lógico devenir, aprovecharon el momento para asistir a un festival de música que los mantuvo entretenidos toda la noche.

Los organizadores del evento querían evitar que los asistentes se marchasen de la ciudad desilusionados al ver que la vida sigue, cosa que ya había pasado dos veces. El año pasado los seguidores de Nostradamus vieron con estupefacción cómo en septiembre el «Rey del Terror» tampoco acudía a la cita anunciada por el francés para destruir el mundo.

Meses antes, el 11 de agosto de 1999, y coincidiendo con el eclipse solar, no pudieron asistir a una catástrofe biológica, a la extensión del hambre por el mundo y a la guerra de todas las guerras.

Desde ese momento, en el que el «Rey del Terror» (para muchos una metáfora del eclipse) llegó a la Tierra, varios eventos deberían haber preparado el espectáculo de anoche: una guerra en el Mediterráneo entre cristianos, árabes e israelitas, el asesinato del Rey Juan Carlos I de España, un Golpe de Estado contra la democracia española y la Tercera Guerra Mundial. Los ‘teloneros’ fallaron, afortunadamente, y la actuación principal también.