Nació en Córdoba y se ordenó sacerdote en la Iglesia de San Acisclo en pleno dominio musulmán. En los comienzos del año 850, le rodea un malintencionado grupo de musulmanes y le preguntaron su parecer acerca de Jesucristo y de Mahoma. Perfecto expresó con claridad su fe en Jesucristo y su rechazo a Mahoma. Le llaman traidor y lo encarcelan. Ese mismo año lo degollaron y su muerte ejemplar alentó a los acorralados y miedosos cristianos.