Nació en torno al año 1270. Con nueve años, consiguió el permiso familiar para vestir el escapulario de saco de las monjas de un convento de Montepulciano. Seis años más tarde, fundó junto a su maestra de convento un monasterio en Proceno. Los vecinos apreciaron el bien espiritual que reportaba la entidad y empujan a Inés para que cree otro en su ciudad. Su fundación seguirá el espíritu y las huellas de Santo Domingo y tendrá a los dominicos como ayuda espiritual. Con maltrecha salud, falleció en 1317.