Nos hemos reunido aquí para recordar y celebrar la vida de una mujer extraordinaria, nuestra querida abuela. Ella fue el corazón de nuestra familia, una fuente constante de amor y sabiduría. Con cada historia que contaba, con cada plato que cocinaba con amor, y con cada gesto de cariño, nos enseñó el valor de la familia y la importancia de mantenernos unidos. Aunque hoy nos despedimos de ella, su legado perdurará en cada uno de nosotros. Su fuerza, su generosidad y su increíble capacidad para enfrentar la vida con una sonrisa serán siempre recordadas y apreciadas. A través de sus enseñanzas y su ejemplo, dejó una marca indeleble en nuestras vidas, enseñándonos a enfrentar cada desafío con coraje y a vivir cada día con gratitud. Querida abuela, aunque ya no estás con nosotros físicamente, tu espíritu sigue vivo en nuestros corazones. Descansa en paz sabiendo que tu amor nos ha unido y nos guiará siempre. Gracias por todo lo que nos diste, por cada abrazo, cada palabra de aliento, y por ser nuestra guía. Te amamos y te extrañamos profundamente.