Querido hermano, no hay un solo día que pase sin que sienta tu ausencia. Me encuentro recordando tantos momentos que compartimos, desde nuestras aventuras infantiles hasta los desafíos que enfrentamos juntos como adultos. Tu risa, tu valentía, y tu inquebrantable apoyo siguen siendo una fuente de inspiración para mí. A menudo pienso en los consejos que me diste y cómo tu visión de la vida siempre estaba llena de esperanza y optimismo. Extraño tener a alguien que conocía cada parte de mi historia, cada sueño que alguna vez compartí contigo. Siempre estarás en mi corazón y en mis pensamientos, mi querido hermano. A pesar de que ya no estás físicamente aquí, tu espíritu sigue siendo una parte esencial de quien soy. Te extraño profundamente y continúo celebrando tu vida y todo lo que significaste para mí y para nuestra familia.