Querida [Nombre de la tía], Hoy escribo esta carta para ti, aunque sé que nunca podrás leerla. Quiero que sepas cuánto significaste para mí y el vacío que tu partida ha dejado en mi vida. Fuiste más que una tía; fuiste una segunda madre, una amiga y una guía. Tus consejos y tu amor incondicional me han moldeado de maneras que seguirán resonando a lo largo de mi vida. Aunque ya no estás aquí para compartir los momentos, cada decisión que tomo lleva un poco de tu sabiduría. Gracias por todo lo que me diste, por las risas y hasta por las reprimendas. Te extraño todos los días y te llevo siempre en mi corazón. Con amor eterno, [Tu Nombre]