Matrimonio, una difícil experiencia, con caramelo, que debería durar toda la vida: nadie se casa diciendo te querré para dos semanas… para eso, no se casa.

Un chiste-anécdota nos enseña la importancia de poner límites claros, conocerse, durante el noviazgo y decir (para luego hacer) lo que uno quiere y lo que no, lo que está dispuesto y lo que no.
Disfrute con esta historia…

El primer y único aviso (Matrimonio feliz, comunicación)

Una pareja fue entrevistada en un programa de televisión porque estaban casados desde hacía 50 años y nunca se habían peleado.
El periodista, lleno de curiosidad, pregunta a la mujer:
– Pero ustedes, ¿nunca han discutido?
– No’, respondió la mujer
– ¿Y cómo es eso?
– Cuando nos casamos mi marido tenía una yegua que apreciaba muchísimo. Era la criatura que él más quería en la vida.
El día de nuestra boda fuimos de luna de miel en nuestro carro tirado por la yegua.

En el camino hacia nuestro destino la yegua tropezó.Mi marido le dijo con voz firme a la yegua: Uno.
A mitad de nuestro destino la yegua tropezó de nuevo. Mi marido miró a la yegua y dijo: Dos.
Al llegar a nuestro destino nuevamente la yegua se tropezó, y mi marido bajó y le dijo: Tres.

Acto seguido sacó su pistola y le pegó cinco tiros a la yegua.
Yo totalmente sorprendida le recriminé:
¡Pero cómo has podido hacer eso?, ¡asesino!, ¿por qué has matado a la yegua?

Mi marido me miró fijamente y me dijo:
Uno!

!Y no sabe usted que felices hemos sido!