Querido hijo,

No hay palabras suficientes para expresar el dolor y la tristeza que siento desde que te fuiste de este mundo. Cada día despierto con el corazón roto, extrañando tu presencia y anhelando escuchar tu voz una vez más. Aunque sé que ya no estás físicamente a mi lado, quiero que sepas que mi amor por ti sigue siendo tan fuerte como siempre.

Recuerdo cada momento que compartimos juntos, desde el día en que naciste hasta el último abrazo que nos dimos. Tú llenaste mi vida de alegría y significado, y no hay día en el que no te extrañe con todo mi ser. Me duele tanto no poder verte crecer, no poder compartir contigo tus alegrías y desafíos, y no poder abrazarte cuando más lo necesites.

Sin embargo, quiero que sepas que aunque estés lejos, siempre estarás en mi corazón. Tu memoria vive en cada rincón de mi ser y cada latido de mi corazón. Guardo con cariño los recuerdos que creamos juntos, y los atesoro como tesoros preciosos.

A veces, cierro los ojos y puedo sentir tu presencia a mi lado. Imagino que estás mirando por encima de nosotros, protegiéndonos y guiándonos desde el cielo. Me reconforta pensar que estás en un lugar donde ya no hay dolor ni sufrimiento, donde solo hay paz y felicidad eternas.

Quiero agradecerte por haber sido mi hijo. Tú me enseñaste el verdadero significado del amor incondicional y la fuerza que reside en el vínculo familiar. A pesar de la tristeza que siento, me siento agradecido por el tiempo que compartimos juntos, por todas las risas, las lágrimas y los momentos inolvidables.

Prometo honrar tu memoria y vivir mi vida de la mejor manera posible, llevando conmigo los valores y el amor que me enseñaste. Cada paso que dé, cada logro que alcance, será un tributo a tu espíritu valiente y a tu hermosa alma.

Hijo, aunque ya no estés físicamente presente, quiero que sepas que siempre te amaré. Mi amor por ti trasciende el tiempo y el espacio, y siempre serás mi hijo querido. Sé que un día nos encontraremos de nuevo, y hasta entonces, llevaré tu amor en mi corazón.

Descansa en paz, mi amado hijo. Siempre estarás conmigo.

Con amor eterno y un corazón lleno de recuerdos.