Muchos cristianos de Uganda fueron condenados a muerte por el rey Muanga entre 1885 y 1887. Destaca Carlos Luanga y sus veintiún compañeros, todos ellos con edades comprendidas entre los 14 y 20 años. Pertenecían a la corte de jóvenes nobles y eran seguidores de la fe Católica. Pero por negarse a satisfacer los deseos impuros del monarca fueron degollados o quemados en la colina Namugongo.