«Alea iacta est» es una famosa frase en latín que significa «la suerte está echada». Se atribuye al antiguo líder militar romano Julio César, quien supuestamente pronunció estas palabras cuando cruzó el río Rubicón con sus tropas en el año 49 a.C. El Rubicón era un río que marcaba el límite entre las provincias de Italia y la Galia Cisalpina, y su cruzamiento por parte de un general con sus legiones estaba estrictamente prohibido por la ley romana. Al pronunciar esta frase, Julio César se daba cuenta de que había tomado una decisión irreversible y estaba dispuesto a enfrentar las consecuencias. Desde entonces, la frase se ha utilizado para expresar la idea de que una acción o decisión importante ha sido tomada y no hay vuelta atrás.