La «píldora» nos ha vuelto locos: al faltar los hijos, nos hemos dado a todos los caprichos. Carpe diem. A endeudarse, ¡qué irracional! A darse el lujazo de gozar lo que uno no puede pagar… ¿Cómo se nos ocurre condicionar, malbaratar nuestro futuro con tal de «gozar» el presente? ¿Cómo hemos tomado eso de CARPE DIEM como una norma de conducta que nos lleva directamente a la ruina? ¿Cuándo nos hemos vuelto tan idiotas y caprichosos?