Alea iacta est (o Alea jacta est pero nunca Allea iacta est) es una locución latina de uso actual que significa “se echó el dado”, “el dado fue lanzado” o, más propiamente en español, “la suerte está echada”. Es una expresión atribuida, por Suetonio, a Julio César en el momento que este cruzara el río Rubicón en el norte de Italia, límite entre Italia y la Galia Cisalpina, provincia que le había asignado el Senado romano. Esta frase aparece en la obra de Suetonio Vidas de los doce césares, si bien redactada como «Alea iacta est».

Forma de la frase

En realidad, si se cree a Plutarco, pronunció la frase en griego, tomada de un verso del comediógrafo Menandro, con el sentido de «los dados están echados (esperemos ahora la suerte)». Al parecer el escritor era uno de los favoritos de César.

Probablemente, la fuente que usó Plutarco para emitir esta declaración haya sido el prólogo del libro de Historias de Asinio Polión, partidario del bando cesariano, quien comentó la anécdota, puesto que, por su cercanía a César, tal vez lo habría escuchado en el momento de cruzar el Rubicón.