En una corrida en la Coruña, Antonio Bienvenida estuvo fatal en uno de sus toros. Cuando lo mata, gran bronca. Se acerca al burladero, cariacontecido, y una mujer de entre el público le grita:

“Antoñito, ya te vi esta mañana en Misa… Pues ¡menos ir a Misa y más arrimarse al toro!”.