Soñé que me encontraba en la puerta del colegio rodeado de un grupo de discípulos y amigos a los cuales los rodeaba una intensa niebla. Se esforzaban por no ser reconocidos, pero logré observarlos muy de cerca y noté que al lado del corazón llevaban en la piel una mancha en forma de un tumor que exhalaba asquerosos olores. El tumor tenía tres colores: rojo, negro y amarillo.

La niebla era más intensa alrededor de la cabeza y a duras penas lograba leer unos letreros que estaban allí escritos al revés.

Me desperté y hacia todo lo posible por olvidar aquellas desagradables imágenes, pero todo era inútil pues esas figuras tan repugnantes volvían a aparecer delante de mis ojos. Entonces me levanté y escribí los nombres de todos los que vi allí entre esa niebla tan intensa.

Nota: Lo narró Don Bosco en 1884 en los Ejercicios Espirituales de Valsalice. Otras circunstancias y demás cosas que vio durante el sueño las fue diciendo a cada uno de los interesados en particular cuando los llamaba para informarles cómo los había visto en el sueño.